miércoles, 18 de marzo de 2015

Soy

Quizás nadie lea esto. O quizás sí, pero después de haberlo leído se olviden de su contenido. O quizás a nadie le interese. Pero esa no es mi idea. Yo no soy nadie, es decir, no me conocen más que mis amigos/familia/allegados. Pero sin embargo, puedo hacerme famosa y conocida por salir de mi casa y no volver jamás. ¿A que voy con esto? Cada vez somos más y más las que no volvemos a nuestras casas. Digo SOMOS y LAS porque desgraciadamente, somos nosotras, las mujeres; las que sufrimos violaciones, golpes, insultos, asesinatos.
Ahora bien, de esto se va a tratar mi texto: Mujeres y sus derechos. Si no te interesa este es el momento en el que tenes que dejar de leer.
Tengo miedo, esa es la verdad. Tengo miedo de salir de mi casa con el uniforme del colegio porque puedo insinuar algo. Tengo miedo de ponerme un short porque puedo insinuar algo. Tengo miedo de pintarme la cara porque puedo insinuar algo.
Lamentablemente a cada uno de nosotros se nos inculcó algo desde chiquitos: La mujer vale menos. En TODO sentido. No nos merecemos trabajar porque somos mujeres. No nos merecemos respeto porque somos mujeres. Somos considerados juguetes sexuales porque somos mujeres. Tenemos que limpiar la casa porque somos mujeres. Tenemos que cumplir deseos porque somos mujeres. No nos podemos acostar con muchos hombres porque somos mujeres, porque somos PUTAS, RÁPIDAS, FÁCILES. ¿Y saben que es lo peor de todo esto? Es que algunos no sólo lo piensan, sino que nos lo dicen. Nos lo dicen en cualquier comentario obsceno en el medio de la calle, en cualquier chiflido, en cualquier mirada, en cualquier bocinazo. Nos y ME lo dicen. "Que cortita esa pollerita" "Mi amor, que cuerpito" "Mamita, con esas tetas..." y no me da vergüenza decirlo porque la vergüenza son ellos. Y quieran o no, eso también es violación, eso también es acoso.
Somos diferentes a los hombres, valemos menos, no servimos, somos inútiles, inservibles, putas, rápidas, entregadas, idiotas. Pero claro que a la hora de violarnos nadie es selectivo. Ahí sí somos todas iguales. Ahí si servimos para algo: para servirlos, como blanco fácil, para que sientan placer. Pero claro, ¡la culpa es nuestra! chicas, ¿como no nos dimos cuenta? Si salimos con shortcitos, con polleritas, con la remera escotada y un poco mas corta, mostrando la panza. Obvio que es nuestra culpa. Porque somos putas y porque QUEREMOS que nos violen. Porque QUEREMOS que terminen con nuestras vidas, con nuestros sueños, con nuestros objetivos. Por favor. Basta de pavadas. Basta. 
Melina no tenía recursos económicos como Lola para salir del país, pero, ¿por eso se merecía ser violada y asesinada? No, nada de eso. Acá no hay clase social que valga, acá somos todas iguales. Porque te violan y te matan en Lanús, en San Isidro, en la Villa 31, en Uruguay o en Nordelta. Ahí si somos todas iguales. Ahí no hay distinciones. Ahí no hay feas, lindas, gordas, flacas, alltas, bajas, culonas, tetonas. Por primera y única vez somos todas iguales... ¿Se dan cuenta de lo trágico del asunto? Es muy vergonzoso. Es muy triste.
No quiero tener que vivir escondiéndome porque así tampoco funciona. No quiero no QUERER arreglarme y verme "linda". No quiero vivir con miedo. No quiero ser un objeto. No quiero que me miren y se les caiga la baba. Quiero que me respeten. Quiero que me miren a los ojos. Quiero que me reconozcan como soy, una mujer libre con derechos, como cualquier otro ciudadano. Quiero que mis derechos sean RESPETADOS, quiero tener derecho a la VIDA, quiero utilizar mi derecho de LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Quiero IGUALDAD. Del único que quiero un piropo es de mi novio. Quiero caminar tranquila por la calle, sin tener que ponerme auriculares para no tener que escuchar guarangadas. Quiero salir a buscar trabajo y volver viva. Quiero RESPETO.

Soy Ángeles, soy Melina, soy Lola, soy Daiana. Soy tantas otras chicas con sueños, objetivos, metas, derechos, a las que se les fue arrebatada la vida.


SOY, Y SOMOS. Porque mañana, lamentablemente, nos puede tocar a nosotras.

sábado, 7 de marzo de 2015

"Cuando ya no te regala nada. Cuando ya no le interesa tener una foto con vos. Cuando las peleas son diarias y se convierten en rutina... y peor, cuando te acostumbras a esas peleas. Cuando te acostumbras a que no te alague, a que no te adorne con detalles cariñosos, a que no te bese. Cuando te acostumbras a pasar horas sin hablarse mientras respiran el mismo aire. Cuando te acostumbras a ser infeliz por hacerlo feliz a él, sin saber que él es infeliz por lo mismo.
Cuando no comen juntos porque no se pusieron de acuerdo en qué comer. Cuando duermen espalda con espalda. Cuando se levantan y no existe el buen día. Cuando se pelean porque sólo alcanza para una taza de café. Cuando una compañera de trabajo se transforma en la amante más odiosa... y peor, es que tu pareja no sepa ni su nombre. Cuando ya no es sólo una compañera, sino cualquier mina que pasa por al lado de él. Y no es que no confíes en ellas, sino que, lo peor, es que no confiás en él.
Cuando ya no se digan lo mucho que se quieren... perdón, pero

Hay que saber cuando parar."




Y me fui de su casa, de mi casa, de nuestra casa. De las cuatro paredes que pintamos con tanto amor. Y le dejé esta carta, que es lo único que queda de mí. Le dejé mi vida entera. Porque cuando la persona que más amé en mi vida no me demuestra que existe algo, que existen ganas, que se puede seguir, entonces... no valgo más que un pedazo de papel... Si, un pedazo de papel.

Aunque parezca una locura.